17 de noviembre de 2017

La ruta de Murillo en Sevilla

Bartolomé Esteban Murillo nació y falleció en Sevilla, (1617-1682), viviendo de niño en la zona de la Magdalena. Fue el pintor barroco más destacado de la escuela sevillana y el más apreciado fuera de España. Contó con un elevado número de discípulos y seguidores.
En esos años existía en Sevilla un ambiente de intensa religiosidad, con frecuentes manifestaciones a favor de la concepción de María sin pecado original, y como consecuencia de ello, una amplia demanda de obras religiosas. Eran años de miseria y epidemias, motivos por lo que el maestro crearía sus geniales Inmaculadas junto a cuadros donde se refleja la miseria, la enfermedad y los niños de la calle, pillos, harapientos y piojosos. 
Su obra es de gran calidad y muy codiciada, por lo que con la invasión de las tropas francesas y la desamortización de los conventos de San Francisco y los Capuchinos, hizo que pasara por diferentes manos, pudiéndose recuperar en parte para el Museo de la ciudad y el Prado, desapareciendo otras obras , hoy en manos de particulares o expuestas en los mejores museos del mundo.
Murillo en el Museo de Bellas Artes

Comenzaremos por el Museo de Bellas Artes , donde se conserva una de sus mejores colecciones.
En la plaza del Museo frente a la entrada está la estatua en bronce del pintor, sobre un pedestal.
En el interior del museo, en la planta baja, Sala V, junto al patio en la antigua iglesia del convento, se encuentra la Inmaculada grande “La Colosal”, de 1650.
En la zona inferior tenemos La Virgen de la Servilleta, una de sus obras maestras. La tradición cuenta que un fraile del convento encargó a Murillo una representación de la Virgen con el Niño para poder orar privadamente en su celda. Murillo aceptó y solicitó un lienzo para realizar la pintura, pero el fraile le entregó una servilleta en la que el artista realizó el trabajo.
En los laterales el cuadro de las Santas Justa y Rufina, y a la derecha “San Leandro y Santa Buenaventura”, patronos de Sevilla. En el segundo cuerpo se sitúa San José con el Niño y San Juan Bautista. En el ático, San Antonio con el Niño y San Félix de Cantalicio con el Niño.

Otros cuadros de Murillo en esta sala, provenientes del convento de los Capuchinos y realizados en 1668, son: Inmaculada del Coro, “La Niña” y la Inmaculada con el Padre Eterno. San Francisco con el Niño y San Francisco abrazando a Cristo Crucificado. Santo Tomás de Villanueva. La Anunciación. La Adoración de los pastores.

En la planta alta, sala VII, hay una selección de pinturas de Murillo, de San Agustin , San Jerónimo y San Francisco.


En las iglesias del centro
Seguiremos el recorrido por la Plaza de la Magdalena , solar donde se ubicaba la parroquia donde el pintor sería bautizado el 1 de enero de 1618, hay colocada una placa conmemorativa.
En el barrio del Arenal , se encuentra la iglesia del Hospital de la Caridad, institución muy relacionada con el artista.
Realizaría para su iglesia varias obras de motivos caritativos, situadas en los altares de la nave. Son los cuadros de San Juan de Dios ayudado por un Ángel y Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos, mostrando mendigos enfermos.

Encontramos dos cuadros de Murillo de gran tamaño: la multiplicación de los panes y los peces y Moises haciendo brotar agua de una peña.
Otros cuadros del autor son San Juan Bautista niño, la Anunciación.

Seguimos hacia la Catedral. En la zona norte, en el fondo de la capilla de San Antonio-Bautismal, se encuentra el cuadro de La Visión de San Antonio, una obra de grandes proporciones y data de 1656.
En esta capilla está también el lienzo del Bautismo de Cristo.
En la Sacristía Mayor, los cuadros de San Leandro y San Isidoro.
En las bóvedas de la Sala Capitular están decoradas con cuadros de este autor que representan a la Inmaculada y a ocho Santos sevillanos,
En su capilla el cuadro del Ángel de la Guarda y frente al patio de los Naranjos el retrato de San Fernando.

En el cercano Palacio Arzobispal se encuentra una Inmaculada de grandes dimensiones, pintada en 1652, y La Virgen presentando el Rosario a Santo Domingo.
En el edificio de la antigua Lonja, antes de crearse el Archivo de Indias, estuvo una Academia de Dibujo fundada por Murillo en 1660, existiendo una placa recordando este evento.

En el barrio de Santa Cruz
Seguimos la ruta por el barrio de Santa Cruz, donde en la calle Santa Teresa nº 8, vivió el maestro en lo que hoy se conoce como Casa de Murillo. Es una típica vivienda del siglo XVII, que ha sido museo y hoy es sede administrativa de la Junta de Andalucía.
En este barrio, en la Plaza de Santa Cruz descansan sus restos, pues en ella estaba la primitiva parroquia de Santa Cruz, donde el día 4 de abril de 1682, fue enterrado, hay una placa conmemorativa. La iglesia desapareció durante la ocupación francesa.

En la iglesia del Hospital de los Venerables, albergó hasta cuatro cuadros del autor, en el muro derecho se encuentra el retablo de la Inmaculada, cuyo lienzo actual es del siglo XVII y sustituye a la Inmaculada Concepcion de los Venerables de Murillo, hoy en el Museo del Prado.
La iglesia de Santa María la Blanca, en cuya restauración intervino el pintor, queda la obra de la Santa Cena, aunque contaba con otras cuatro, que desaparecerían con la invasión francesa, y que serían posteriormente recuperadas en el Museo del Prado o permanecen en el extranjero, por lo que están siendo reproducidas en su localización original como copias.

Su retrato se encuentra en el comedor de gala del ayuntamiento.

En honor a este gran artista se han bautizado los Jardines de Murillo, junto al Alcázar y cercanos a su barrio.

En la fachada del Palacio de San Telmo existe una escultura de Murillo junto a otros 11 ilustres sevillanos.

(Resumen extraído de la web "www.VisitarSevilla.es")

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